#010 DUDAR Y PROPÓSITO VAN DE LA MANO.
Si estás en pleno proceso de saber hacia dónde vas y cada vez estás más liad@, es normal, no estas sol@.
Hola, hola,
¿Cómo llevas esta semana? Espero que estés encontrando pequeños momentos de claridad entre tanto ajetreo.
La semana pasada fue genial a la vez que agotadora. Como te avancé, el martes por la mañana estuve dando una charla para chic@s de FP. La idea era que tuvieran una idea de cómo funciona el Marketing de Influencers, algo a lo que me dedico desde hace 10 años. Fueron varias horas de charla, curiosidad, preguntas y muchas ganas de aprender. Ellos aprendieron sobre un sector apasionante y yo les ayude a aterrizar y desmitificar cosas. De ahí salió el tema de hoy. Me hicieron pensar…
El otro día, hablando con una persona cercana que está pensando en emprender, me di cuenta de algo: las dudas son el pan de cada día cuando decides tomar un camino distinto.
¿Te ha pasado? Esa sensación de no estar seguro de si lo que haces es lo correcto, de preguntarte si tienes lo necesario para lograrlo o, peor aún, si estás avanzando en la dirección equivocada. A mí me ha pasado y me sigue pasando.
La realidad es que estas dudas no solo son normales, sino necesarias. Y te voy a decir por qué:
Dudar no significa que no puedas, significa que estás pensando.
La incertidumbre aparece porque estás saliendo de tu zona de confort. Cuando decides emprender (o incluso reinventarte en cualquier ámbito), el terreno es desconocido. Y cuando algo es nuevo, es normal no saber por dónde empezar, cómo mantenerte enfocado o si realmente estás alineado con tu propósito.
La lucha por mantener el foco
Uno de los mayores retos al emprender no es solo tomar la decisión de empezar, sino mantenerse en el camino sin perder el foco.
Es fácil distraerse. El exceso de información, la comparación constante con lo que otros están haciendo y las ganas de probar mil cosas a la vez pueden hacer que te sientas perdido. Y aquí viene lo importante: mantener el foco no es cuestión de eliminar distracciones, sino de conectar con lo que realmente importa para ti.
Si estás claro en tu propósito, será más fácil decidir qué merece tu atención y qué no. Pero, ¿cómo encuentras ese propósito cuando sientes que estás en una nube de dudas?
Tres preguntas para encontrar claridad
Cuando sientas que te estás desviando, detente un momento y pregúntate:
¿Qué me mueve realmente?
Más allá del dinero, el éxito o las expectativas externas, ¿qué es eso que harías incluso si nadie te viera o reconociera por ello?
¿Dónde quiero estar en 5 años?
A veces, la mejor forma de avanzar es mirar hacia adelante. Si tienes una visión clara de dónde quieres estar, será más fácil tomar decisiones hoy.
¿Qué puedo hacer hoy para dar un pequeño paso hacia allí?
La claridad no siempre llega en grandes momentos de inspiración, sino en los pequeños pasos diarios.
Avanza a tu ritmo
Es fácil mirar alrededor y pensar que otros están más avanzados, que ya tienen todo resuelto o que van a toda velocidad. Pero el emprendimiento (y cualquier camino en la vida) no es una carrera. Es un proceso personal, único, y lleno de aprendizajes.
Lo que importa no es cuántas veces dudes, sino que sigas avanzando.
Tarea para esta semana:
1. Haz una lista de tus tres principales dudas sobre el camino que estás tomando.
2. Por cada duda, escribe una acción que puedas tomar para aclararla o minimizar su impacto.
3. Escoge una acción y ponla en práctica esta semana.
Una recomendación inspiradora
Si las dudas sobre tu propósito o camino te están frenando, te recomiendo el libro “La gran magia” de Elizabeth Gilbert. Habla sobre cómo superar los miedos y conectar con tu creatividad y tus pasiones para crear una vida más auténtica.
Cuéntame, ¿qué es lo que más te cuesta cuando tienes que mantener el foco o encontrar tu propósito? ¿Qué acción pequeña vas a tomar esta semana para avanzar? Responde a este correo, me encantará leerte y acompañarte en el proceso.
Hasta la próxima semana,
Raquel
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Me encanta cómo abordas la conexión entre la duda y tomar un camino mejor. A menudo vemos la duda como un enemigo, pero en realidad es un motor de reflexión que nos ayuda a actuar mejor. Algunas de mis mejores decisiones nacieron en esos momentos incómodos de duda extrema que te lleva a creer que, si dudas tanto, te estás equivocando. Desde mi punto de vista, debemos normalizar ese sentimiento de duda, tan solo significa que realmente te estás planteando lo que uno u otro camino implican y, por tanto, te ayuda a decidir mejor.
Mira si estás en lo cierto que he tenido que cerrar la empresa para darme cuenta.